Iglesia Bautista Agua Viva
  El valor de un saludo
 


EL VALOR DE UN SALUDO
          Cuenta la historia que hace muchos años un judío  trabajaba en una planta empacadora de carne.
          Un día terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo; se le cerró la puerta con seguro  y quedó atrapado dentro del refrigerador.
          Golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar, pero nadie lo escuchaba.  La mayoria de los trabajadores se habían ido a sus casas y además era casi imposible escucharlo por el grosor de las puertas.
          Llevaba ya casi cuatro horas dentro del refrigerador y se sentía al borde de la muerte sin esperanzas de salvación, de repente se abrió la puerta, era el guardia de seguridad quien entró y lo rescató.
          Cuando preguntaron al guardia como sabía que este hombre estaba encerrado explicó:
          Llevo trabajando en esta empresa por casi 25 años y cientos de trabajadores entran y salen de la planta todos los días, pero este hombre es el único que me saluda en las mañana y se despide en las tardes, el resto de trabajadores me tratan como si fuera invisible.
          Hoy como todos los días me dijo "hola" en la mañana pero nunca escuche "hasta mañana". Sabiendo que todavía no se había despedido de mi, pensé que debía estar en algún lugar del edificio y que algo debió haberle pasado, por lo que lo busqué y gracias a Dios lo encontré.

Efesios 4:32a "Antes sed benignos unos con otros..."

 
 
 
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